Ya no soy la chica de la foto del perfil



Y por fin llegó el momento de quitar la vieja y llena de telarañas, foto de mi perfil. Ya la he quitado, así que no la búsqueis. Ya no me siento cómo aquella chica de la foto, viendo el mundo desde las rejas invisibles de su ventana, hoy ya puedo salir a él, coger aire y respirar profundo, caminar tranquila conmigo misma, he soltado el lastre, que me ataba como al elefante de bucay, hoy por fin, sustituyo aquella imagen.

Ni que decir tiene, que doy el paso después de haber pasado ya algún tiempo de sentirme liberada, para todos es difícil tirar las cosas que no usamos en nuestra casa mental, nos cuesta un enorme esfuerzo, porque se hace muy cómodo moverse en aguas conocidas.

He dejado atrás las viejas creencias, hábitos, pensamientos y principios que no me servían para nada, por supuesto, después de haber recorrido un largo camino de derrotas y victorias; lágrimas e ira, impotencia e incompresión, perseverancia y continuidad, valor y fuerza, y sobre todo el deseo de libertad. ¿Quién dijo miedo? Como dice un buen amigo, que perdamos algunas batallas, no significa que se haya perdido la guerra.

Hoy aprovecho esta ocasión para gritar que esta carta, es por fin una despedida para ti, y una bienvenida para la confianza, la seguridad y mi libertad.

Sé que esto no termina aquí, quiero seguir creciendo y viviendo, y tomando consciencia de cada día de mi vida, y si las vuelvo a perder, esta vez no me pillará desprevenida, ya tengo mis herramientas para volver a encontrarlas.

Gracias a todos en los que en algún momento me he apoyado.