TU GRAN AMOR

Cuando el hombre aprende a quererse a si mismo,
comienza para él,
el gran amor de su vida.

Javier Ruibal, Para Llevarte A Vivir



De lo dicho sin pensar, de lo que callo y no digo
de las cosas por pasar, de las trampas del azar,
de las cartas del destino.
Tengo un lápiz colorao con un librito guardao
para escribirlo contigo.

Si la suerte inoportuna te jugara una encerrona,
si no hay salida ninguna,
si la gracia y la fortuna se apartan de tu persona,
tengo un farolillo verde por si de noche te pierdes
y la luna te abandona.

Tengo la rosa de Oriente,
el oro del sol naciente y lo que quieras pedir.
Tengo el mapa del tesoro, tengo el Palacio del Moro
para llevarte a vivir, para llevarte a vivir.

De todo lo que besé no doy beso por perdido
pa’ que me vuelva a morder con la locura de ayer
tu boca contra el olvido. Guardo un beso de reserva para rodar por la hierba
cuando te vengas conmigo. El sur que te prometí tiene al sur otra frontera,
las cuerdas de mi laúd siguen buscando la luz
más al sur de la quimera.

Tengo una playa desierta y una calesa en la puerta
para lucirme a tu vera.

A Ti Amiga de Pelo Indefinido



A ti no te conocí en pleno apogeo cósmico como a otros. No había luna meciendo a nadie, ni estrellas fugaces jugando con cometas al "corre corre que te pillo". El agujero negro seguía penando en su infortunio y los niños no disfrutaban de placenteros sueños, porque ya estaban en horas de clase.

No fue así, pero mi niña, no hacía falta una fiesta universal y creeme cuando te digo, que a quince días de mi boda con el hombre de mis sueños, mi interior celebraba la fiesta más grande de todos los tiempos.

Y fue ahí, cuando detrás de tantos muchachos asomaba una linda cabellera de reflejos dorados adornando una linda cara con dos broches de color azul y dulce sonrisa. Me abriste los brazos llenos de temple amarillo y fue ahí cuando afianzamos, aún hoy fuerte, un vinculo de amigas del alma.

Y hoy más que nunca, hoy que ya me encuentro con fuerzas, hoy que ya me valoro y quiero, necesito y quiero agradecerte y agradezco...

El haberme ayudado en una ciudad nueva; el haberme brindado tu amistad incondicional; estar en lo bueno como mi día tras día, las risas, tus y mis intimidades amorosas, tus aventuras y desventuras, acompañarme durante mi embarazo deseadísimo con paciencia, amor y muchos muchos donuts; el nacimiento de lo más grande de mi vida, mi hijo; y en infinidad de horas acumuladas de buenas experiencias.

Gracias por tu hombro en el comienzo de la tormenta, por tu paraguas en el gran chaparrón de mi separación; por haberme brindado tu familia, tu casa y compartir conmigo a tu mami. Por hacerme sentir habitada en momentos de máxima desolación, por abrirme los ojos diciendome las cosas claras, igual que esa hermana, como la cual te siento.
Gracias también por tu grandeza y bondad interior a todos los niveles, por nuestro mundo paralelo al de todos, por nuestra complicidad adquirida juntas en estos 6 años de madurez; un gracias muy grande por querer a mi hijo como has demostrado hacerlo, por quererme a mi, por hacerme quererte como lo hago, por ser tú, por los años vividos y venideros, y por mucho más por descubrir juntas. Un gracias de los más grandes.

Te quiero, amiga de pelo indefinido.

Si Tú Me Olvidas


QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,

como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,

piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinado
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mío,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amado,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

Pablo Neruda

Rosa Durán


Rosa López Caballero, Rosa Durán (Bailaora nacida en 1.922 en Jerez de la Frontera (Cádiz). Fue la figura del tablao Zambra de Madrid, en el que trabajó desde el día de su apertura hasta el de su cierre -casi veintidós años-, primero como chica del cuadro y después como estrella absoluta. Solían cantarle gente como Pericón de Cádiz, Rafael Romero "El Gallina" o Juan Varea, entre otros. Nieta según ella -el vínculo no aparece totalmente claro- de Diego el Marrurro, hija adoptiva de Isabelita de Jerez y del cantaor aficionado José Durán Mediavilla el Tordo -con quien se casó Rosa cuando él enviudó de Isabelita-, tenía tres años cuando ya hacía sus pinitos en el baile. Pero a taconear, la enseñó El Estampío, de quien se proclama su primera discípula. Recorrió el mundo en triunfo con los elencos del tablao Zambra. En 1958 bailó en la Exposición Universal de Bruselas; en 1962 en el Coliseo Sarah Bernhardt de París, donde le dieron el Premio Internacional de Danza del Teatro de las Naciones de Paris; en 1964 en la Feria Mundial de Nueva York, y en 1965 la Cátedra de Flamencología de Jerez le concedió su Premio Nacional de Baile. Interpretó para TVE la obra Los Tarantos. Posteriormente dió clases de baile en la Gasa Gadiatana de Madrid, dónde montó su propio cuadro flamenco con sus alumnas "Embrujo de Jerez". Tras su fallecimiento en 1999 y como testimonio de última voluntad, sus restos descansan en Jerez de la Frontera, su ciudad natal.

Las isla de los sentimientos

Hubo una vez, una isla donde habitaban todas las emociones y todos los sentimientos humanos que existen. Convivían por supuesto, el temor, la sabiduría, el amor, la angustia, la envidia, el odio... Todos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila e incluso previsible. A veces la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces la Constancia lograba aquietar el Descontento.

Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces el Conocimiento dijo:- Tengo una mala noticia que darles, la isla se hunde. Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:-¡No, cómo puede ser! ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre! El Conocimiento repitió:- La isla se hunde. -¡Pero no puede ser! ¡Quizá estás equivocado! – el Conocimiento casi nunca se equivoca – dijo la Conciencia dándose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde. -¿Pero que vamos hacer ahora?- Se preguntaron los demás. Entonces el Conocimiento contestó: -Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de dejar la isla... Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla desaparecerá con ella. -¿No podrías ayudarnos? – Preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad. – No- dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto volaremos hasta la isla mas cercana.
Las emociones dijeron:- ¡No! ¡Pero, no! ¿Qué será de nosotras? Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y llevando de polizón al Miedo, que como no es tonto ya se había escondido en el motor, dejaron la isla. Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas...salvo el Amor.

Porque el Amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:- Dejar esta isla...después de todo lo que viví aquí...¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahh...compartimos tantas cosas...

Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio para irse, el Amor se subió a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacerlo en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...Al llegar a la playa, exactamente desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor.
-Quizá la isla se hunda por un ratito...y después resurja...¿Por qué no?- Y se quedo días y días midiendo la altura de la marea para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible...
La isla se hundía cada vez mas...sin embargo el Amor no podía pensar en construir, porque estaba tan dolorido que solo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que aun cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona mas alta...cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él. Así que, una vez mas, tocó las piedrecitas de la orilla...y se arrastró por la arena...y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa que antes fue enorme...

Luego, sin darse demasiado cuenta de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que mas le gustaba, era la mas elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más...y el Amor se refugiaba cada día en un espacio más pequeño...- después de tantas cosas que pasamos juntos- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente sólo quedó una minúscula porción de suelo firme, el resto había sido tapado completamente por el agua. Justo en ese momento el Amor se dio cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra...
Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía.

Ya no había posibilidad de construirse una salida como la de todos, había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos.
Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros le comprendiera y le llevara.
Observando el mar, vio venir el barco de la riqueza y le hizo señas. La Riqueza se acercó un poquito a la bahía. –Riqueza, tu que tienes un barco tan grande, ¿no me llevarías hasta la isla vecina? Yo sufrí tanto la desaparición de esta isla que no pude fabricarme un bote...y la Riqueza le contesto:- estoy tan cargada de dinero, de joyas y de piedras preciosas, que no tengo lugar para ti, lo siento...-y siguió su camino sin mirar atrás.

El Amor siguió observando, y vio venir a la Vanidad en un barco hermoso, lleno de adornos y florecitas de todos los colores. Llamaba muchísimo la atención. El Amor se estiró un poco y gritó:- ¡Vanidad...Vanidad...llévame contigo! La Vanidad miró al Amor y le dijo:- me encantaría llevarte, pero...¡Tienes un aspecto!¡Estás tan desagradable! tan sucio y tan desaliñado, perdón pero creo que afearías mi barco- y se fue.
Y así el Amor pidió ayuda a cada una de las embarcaciones. A la Constancia, a la Sensualidad, a los Celos, a la Indignación y hasta al Odio. Y cuando pensó que ya nadie más pasaría, vio acercarse un barco muy pequeño, el último, el de la Tristeza.
Tristeza, hermana- le dijo- tu que me conoces tanto, tú no me abandonarás aquí, eres tan sensible como yo..¿Me llevarás contigo?
Y la Tristeza le contestó: - Yo te llevaría, te lo aseguro, pero estoy taaaaan triste...que prefiero estar sola- y sin decir más, se alejó.

Y el Amor, pobrecito, se dio cuenta de que por haberse quedado ligado a esas cosas que tanto amaba, él y la isla iban a hundirse en el mar hasta desaparecer. Entonces se sentó en el último pedacito que quedaba de su isla a esperar el final...

De pronto el Amor escuchó que alguien chistaba:- chst, chst, chst...
Era un desconocido viejito que le hacía señales desde un bote de remos. El Amor se sorprendió:- ¿A mi?- preguntó, llevándose una mano al pecho. –Si,si- dijo el viejito-, a ti. Ven conmigo, súbete a mi bote y rema conmigo, yo te salvo. El Amor le miró y quiso darle explicaciones:- Lo que pasó fue que yo me quedé...- Entiendo- dijo el viejito sin dejarle terminar la frase-, sube.
El Amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de ver como el último centímetro que quedaba a flote terminó de hundirse y la isla desaparecía para siempre.
Nunca volverá a existir una isla como esta – murmuró el Amor, quizá esperando que el viejito le contradijera y le diera alguna esperanza. – No- dijo el viejo, como esta, nunca.

Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor comprendió que seguía vivo. Se dio cuenta de que iba a seguir existiendo. Giró sobre sus pies para agradecerle al viejecito, pero este, sin decir una palabra, se había marchado tan misteriosamente como había aparecido. Entonces, el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle:- ¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó... Nadie comprendía que me hubiera quedado sin embarcación, pero él me ayudó, él me salvó y yo ni siquiera se quien es...La Sabiduría lo miró a los ojos un buen rato y dijo:- Él es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una perdida le hace creer que es imposible seguir adelante. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo.

Jorge Bucay

Hay dias en los que un sencillo e-mail de un amigo, toca tu corazón y acaricia tu alma, alejando la soledad que sientes por momentos, y dándole de nuevo sentido a tu vida. La amistad es ese gran tesoro, que es necesario cuidar y alimentar cada día.
Gracias

Cerrando puertas, para abrir ventanas...



Hoy le he dicho adios.
Hoy no quiero hablar con nadie, hoy me he enfadado y no respiro... le echo tanto de menos ...

Banda sonora para este momento: "Tu recuerdo" La Mari de Chambao y Ricky Martin