
Le di 4 noches.
4 noches en las que todo parecía ir de acuerdo a un plan estipulado, ajeno a mi,
me arrastró a dejarme llevar.
No le pedí la luna,
ni él me la dió,
no tenía necesidad de hablarle,
ni él de contarme,
todo sucedió,
sin darnos ni un segundo para pensar.
Me rozó... Le rocé...,
Nos robamos mutuamente un beso de despedida y....
quise más.
No le pedí la luna, pero no me hubiera importado que me la diera.
me alegro haberme pasado
ResponderEliminarbesos
Cuantas veces no pedimos la luna y sin embargo nos encantaria que nos la diesen....o al menos nos conformariamos con disfrutar una noche viendola juntos..
ResponderEliminarMuy bonito tu blog, perdona la intromision.
UN beso
Estoy encantada de tu Intromisión. Un placer en todo caso. Gracias.
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